lunes, 1 de septiembre de 2008

¡DISPAREN SOBRE LA UNIVERSIDAD TECNICA!

Disparar -a matar- sobre la Universidad Técnica, esa fue textualmente la orden de los militares aquel 11 de septiembre, luego que su rector y centenares de profesores, funcionarios y alumnos decidieron permanecer en el plantel, quedando acorralados luego que los bandos radiales de los golpistas anunciaran toque de queda.
Seguía la misma lógica del terror anunciada anteriormente, bombardeen La Moneda, ametrallen la Casa Presidencial de Tomás Moro y los cordones industriales.

MORIR ES LA NOTICIA escribe el periodista Ernesto Carmona, definiendo aquel día martes 11, mientras Natalia Cruces cuenta que la Universidad Técnica del Estado permanece rodeada desde la tarde del día once. El millar de estudiantes que hubo en la mañana ha mermado, pero aún quedan varios cientos (…) la balacera que se desata media hora antes de la medianoche, obliga a los ocupantes de la universidad a tenderse en los pisos.
Las fugaces luces de las balas trazadoras hacen presumir que se produce fuego cruzado: de los marinos de la Quinta Norma (que la madrugada anterior habían ametrallado Radio UTE, disfrazados de civiles), desde el norponiente; de tropas militares, desde el surponiente; de fuerzas de Carabineros, desde el suroriente (…)
El tiroteo se prolonga por interminables minutos, hasta que en la escuela cae, también herido de muerte, con una bala en la espina dorsal, el fotógrafo Hugo Araya, que morirá esa madrugada por falta de atención médica.



Añade que la situación de la UTE prefigura lo que vendrá en las horas siguientes, que se replica en algunas industrias de la ciudad: cientos de personas atrapadas en un solo recinto, sospechosas todas de resistencia al régimen, comenzando sin saberlo un estado de prisión colectiva.
Al día siguiente, los estudiantes y profesores de la UTE harán debutar al Estadio Chile como centro de detención masiva; lo seguirá el Estadio Nacional; y luego Pisagua, Chacabuco, Ritoque, Dawson.
La UTE anticipa los campos de concentración, los primeros en Chile desde comienzos de los años ‘50” “Un recuento realizado en 1992 revelaría 62 casos comprobados de muertos y desaparecidos de la UTE. (…) El 50% de su personal académico y administrativo fue despedido…”

http://www.armasdelacritica.cl/revistas/U-6/17.php

Hugo ARAYA GONZALEZ, 37 años, reportero gráfico, camarógrafo del nunca inaugurado Canal de TV de la UTE, comunista, militaba en la misma célula de Volodia Teitelboim, se hallaba en la Universidad Técnica del Estado tomando fotografías, cuando recibió disparos de parte de efectivos del Ejército que rodeaban el lugar. El rector Enrique Kirberg llamó a la Asistencia Pública y le dijeron que no podían hacer nada porque los militares también disparaban sobre las ambulancias
La Comisión Informe Rettig se formó convicción que en la muerte de Hugo Araya González existió violación a sus derechos fundamentales de responsabilidad de agentes del Estado, basando en que se acreditó que la víctima se encontraba sacando fotografías; se estableció asimismo que fue baleado por personal uniformado que rodeaba el lugar; y que tales fuerzas hicieron uso de sus armas de fuego en forma indiscriminada e innecesaria.

http://www.memoriaviva.com/Ejecutados/Ejecutados%20A/hugo_araya_gonzalez.htm

DISPAREN SOBRE LA UTE, DISPAREN SOBRE EL SALVAJE , ya que en este trabajador de la UTE, apodado amistosamente "El Salvaje", puede simbolizarse la agresión y el martirio que sufrió nuestra universidad calificada por la derecha golpista como antro de marxistas.



Carlos Orellana, de la Editorial de la UTE recuerda que el baleo produjo esa noche, dos muertes. Alrededor de las 22 horas fue alcanzado por una bala Hugo Araya, fotógrafo de la universidad que antes había sido camarógrafo del canal 9. Era un personaje extraño, de figura un tanto estrafalaria, largas barbas y boina ladeada a lo Che Guevara. Lo apodaban "El Salvaje". Se desangró durante horas. Kirberg hizo muchos esfuerzos, todos inútiles, con postas y hasta comisarías para conseguir una ambulancia. Falleció cerca del amanecer.
Añade que el día 12 la tarea propiamente militar se completó. Hubo más bajas. Unos pocos estudiantes fueron fusilados y otros fueron cazados a balazos mientras trataban de huir. Testigos de la Villa Portales cuentan que un pequeño grupo de jóvenes, en su fuga loca, se trepó a la copa de agua que hay vecina al estadio de la universidad. De allí los bajaron a tiro limpio. No sé sus nombres. Ni siquiera sabemos con exactitud cuántos fueron.
Sus cadáveres fueron abandonados por el Ejército y apilados en los patios de la Escuela de Artes y Oficios. Estuvieron allí varios días y sólo fueron retirados cuando el vecindario reclamó porque la pestilencia empezaba a tornarse insoportable.

El periodista Fulvio Hurtado escribe una emotiva nota titulada "Hugo Araya, Matar por Matar", que cuenta detalles de este funcionario de la UTE, Reportero gráfico de Presencia, revista de la UTE, que hizo 2 películas, "Es para hoy" y "Silencio para Percepción y Consciencia", que hasta expuso obras de pintura, escultura y fotografía.
El cineasta Helvio Soto, director de TV-UTE, relata que "Araya apareció de repente, desde el fondo de las calles, o debajo de un escritorio, en las oficinas del Canal 9 de Televisión de la Universidad de Chile. Nadie supo muy bien nunca cómo llegó a la televisión universitaria naciente. Dibujaba, pintaba y solía escribir. Pero terminó encaramándose en la "parrilla de iluminación" del único y modesto estudio que poseía el Canal en las casi abandonadas instalaciones de Chile Films, Avenida Colón Arriba.
"Su destreza para desplazarse por los techos del estudio, a diez metros de altura, su habilidad para enganchar y desenganchar reflectores, tal vez le hicieron ganar el apelativo de 'el Salvaje Araya'. Pronto todo el mundo le demostró su afecto, aún cuando algunos decían que su carácter más bien pertenecía al de un nombre huraño".
"Cerca de las 18:00 horas, oficiales de Ejército hablaron con el rector Enrique Kirberg y con el presidente de la Federación de Estudiantes de la UTE, Osiel Núñez. Dijeron que podíamos permanecer en el recinto hasta el día siguiente, para retornar a nuestros hogares a partir de las 8:00 horas...»

"Gonzalo Rovira, quien permaneció Junto al rector Kirberg, llevó esa noche la noticia del asesinato de Hugo Araya. Dijo que el camarógrafo transitaba por un pasillo cuando fue herido mortalmente por un proyectil de guerra que le atravesó el abdomen... "Vi a Araya pocas horas antes. Me costó reconocerlo porque tenía afeitada la barba y cortada la melena".
"Despuntaba las 6 de la mañana cuando los sitiadores iniciaron el asalto. Al fuego nutrido de fusilería siguió una descarga de artillería. El primer proyectil remeció el edificio. "La tierra pareció abrirse a nuestros pies --dice el cronista-- y la mole de hormigón armado se partió en dos, dejando ver la naciente claridad del 12 de septiembre".
"Un segundo impacto de artillería causó más daño en la mole de cemento. El polvo impedía ver más allá de tres metros. Estábamos en un infierno de balas, entre paredes semidestruidas, apretados unos a otros, como un piño de ovejas a la espera de ser beneficiado».

Hugo Araya fue herido en una galería de la antigua Escuela de Artes y Oficios...
El proyectil salió impulsado por su carga de pólvora, de odio y de muerte. La bala de guerra atravesó el abdomen de Hugo Araya, comenzando su agonía, en la que el paciente reconfortaba a sus improvisadas enfermeras.
Muchos años después de..., Rose Marie (su mujer), Zafra y Hugo (sus hijos) recibieron un mensaje virtual del camarógrafo. El portador fue el periodista Carlos Munizaga Jefe de prensa y comunicaciones de la UTE y reportero del vespertino "Ultima Hora".
El mensaje no necesita explicación ni comentario: "Muero como un hombre, consecuente con mis convicciones, luchando por lo que considero justo". Ni una queja, ni una recriminación.
Este mensaje, que tiene toda la fuerza de un legado, está datado el día espeso de la demencia y la traición, en el que muchos aplaudieron el exterminio discrecional, concluye Fulvio Hurtado.

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